Apuntes:
1. El #ozono ya no nos protege igual. Hace 30 años se descubrió el agujero de la capa de ozono sobre la Antártida: el escudo que nos protegía del 90% de la radiación ultravioleta y de buena parte de la infrarroja había sido perforado por culpa de la acción humana. Al contrario de lo que se creyó hasta 1985, los gases CFC (los de los botes de desodorante) no eran inocuos. La alarma fue tal que estos compuestos químicos se prohibieron en todo el mundo en apenas dos años, pero tardan varias décadas en desaparecer. La capa de ozono es ahora un 4% más delgada en el continente Europeo, Estados Unidos y Australia.
2. El #cáncerdepiel aumenta sin freno. El #melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso, ha aumentado en todo el mundo de forma constante en los últimos 25 años. España es uno de los países donde más casos se registran: teniendo en cuenta las últimas cifras (entre 2008 y 2012 se pasó de 3.600 a 5.000 casos), la Academia Española de Dermatología y Venerología calcula que se duplicarán en las próximas dos décadas.
3. El sol tiene la culpa. Aunque la predisposición genética y los antecedentes familiares son importantes, el principal causante del cáncer de piel, tanto melanoma como no melanoma, es la exposición solar sin la protección adecuada. De modo que se trata de un cáncer que se puede prevenir en la gran mayoría de casos, y que diagnosticado a tiempo, tiene un muy alto índice de cura.
4. No entendemos las cremas. Saber elegir bien la crema es clave para protegerse. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista #JAMA #Dermatology calcula que sólo un 43% de la población comprende la información de las etiquetas. No es tan sencilo aclararse: sólo las siglas SPF (factor de protección solar, y un factor superior a 15) indica que una crema es un filtro de amplio espectro, es decir, que previene del cáncer. Las que no lo tienen sólo protegen del envejecimiento de la piel y de las quemaduras
5. Somos rácanos. Según los expertos pasamos demasiadas horas bajo el sol, confiamos demasiado en la crema y somos rácanos con ella. Debíamos aplicarnos un mililitro de crema por cada centímetro de piel, y en general usamos la mitad de esa cantidad. Jason Rivers, de la Universidad British Columbia, hizo el cálculo: durante todo un día en la playa debríamos ponernos crema entre 3 y 4 veces. Si nos pusiéramos la cantidad necesaria, casi terminaríamos el bote en un día.
6. Estar #moreno, prioridad. El 80% de la radiación dañina es absorbida antes de los 18 años. Eso significa que los adolescentes que van a la playa o a la piscina sin sus padres son la franja de edad más crítica: creen que la crema es un engorro, que ponerse moreno rápido es lo importante y que las quemaduras forman parte de las anécdotas del verano.
7. Sin miedo al #solete. Las estadísticas de las búsquedas en internet muestran que cada vez nos interesamos más por el cáncer de piel en verano. En general conocemos los riesgos del sol gracias a advertencias de médicos, familiares, colegios y campañas institucionales. Sin embargo, seguimos teniendo poco miedo al cáncer de piel, y los jóvenes aún menos. Eso es lo que deducen los expertos al ver el aumento de los casos año tras año.
8. ¡Dinero! "La gente tiene remordimientos, pero no acaba de modificar sus conductas", declaró de forma gráfica a El País la investigadora #SusanaPuig, del Hospital Clínico de Barcelona. Es evidente que sólo nosotros mismos podemos protegernos, pero los dermatólogos han olvidado sistemáticamente el factor económico.
Según el último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre todas las cremas del mercado (2013), los precios oscilan entre 5 y 35 euros: las 2 cremas más baratas, marcas blanca de cadenas de supermercados, valían entre 5 y 6,50 euros (250 ml), y su calidad fue calificada de "aceptable" (es decir, un aprobado justo). Esta mañana, la crema más asequible en una farmacia online valía 7,95 euros (50 ml) y en un establecimiento de Barcelona, la más barata tenía un coste de 8,95 euros (50 ml).
9. Hola, sanidad pública. Si los casos de melanoma van a crecer tanto en España y la prevención es clave para frenar esta patología, ¿por qué las cremas son tan caras? No parece descabellado que el Estado subvencione este producto en las farmacias, o que haya crema gratis para quien no pueda pagarlas. Por la misma razón por la que es posible encontrar preservativos gratuitos, debería ser posible acceder a cremas para proteger nuestra piel. Y de la misma forma que no se fomenta la abstinencia para prevenir las enfermedades de transmisión sexual, tampoco la gente sin recursos suficientes tiene que quemarse cada vez que va a la playa o a la piscina.