miércoles, 17 de julio de 2013

Cámaras de bronceado y cáncer de piel

Cámaras de bronceado y cáncer de piel: ¿Cuál es el riesgo?

Adicionalmente a los rayos del sol a los que se exponen diariamente, algunas personas acuden a las cámaras de bronceado y al ‘self tanning’ para darle un tono dorado a su piel. ¿Cuáles son los riesgos?

Según la Academia Americana de Dermatología (AAD), el cáncer de piel es el segundo tipo de cáncer más frecuente entre los jóvenes. Sin embargo, estudios recientes demuestran que el riesgo de desarrollar melanoma, un tipo de malignidad particularmente invasiva, es 75 por ciento más alto en quienes se exponen a las radiaciones ultravioleta (UV) de las cámaras de bronceado.
En 2009, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), un grupo asociado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) agregó los equipos que emiten radiaciones UV – cámaras y lámparas de bronceado – a la lista de las causas más peligrosas de cáncer por radiación junto al Plutonio y algunos tipos de Radio – elementos presentes en dichos dispositivos.

El más frecuente


Los expertos de la OMS reportaron que broncearse artificialmente es particularmente peligroso para los jóvenes. Aquellos que emplean las cámaras de bronceado antes de los 30 años aumentan su riesgo de desarrollar un tipo de cáncer conocido como melanoma en un 75 por ciento.
Los autores también resaltaron los estudios que relacionan los rayos UV de estos aparatos y el melanoma de la piel y los ojos.

El cáncer de piel es el más común de las malignidades. El melanoma, aunque es el menos frecuente, es el de peor pronóstico y mata a cerca de 8.650 personas anualmente en Estados Unidos. Según la Liga Contra el Cáncer, se calcula que cada año aparecen más de mil casos nuevos de esta enfermedad en Colombia y es culpable de unas 250 muertes anuales debido a sus complicaciones.

Pero el melanoma no es el único problema. Las personas que usan las cámaras de bronceo tienen más probabilidades de adquirir otros tipos de cáncer de piel como el carcinoma escamocelular y basocelular, quemaduras y manchas permanentes.

 
Un caso de la vida real


Las cámaras y lámparas para bronceado contienen sustancias peligrosas como el Plutonio y algunos tipos de Radio, al igual que radiación solar. Por esta razón la lucha para limitar la exposición a estos aparatos se está volviendo global: Alemania prohibió este tipo bronceado en los menores de 18 años y esfuerzos similares se llevan a cabo en otros países europeos y Estados Unidos.

En Australia la oferta de bronceados bajo techo decayó dramáticamente tras el caso de Claire Oliver. Aunque la mayoría de los casos de cáncer de piel se diagnostican en mayores de 40 años, a la joven se le diagnosticó melanoma cuando tenía 21 años y se convirtió en una activista contra el bronceado bajo techo hasta que murió a la edad de 26.

Claire, sin embargo, no culpó directamente a las cámaras para broncear de su enfermedad ya que afirmó que también pasaba tiempos prolongados en la playa y que esto contribuyó a la aparición del cáncer.

La australiana también creía que el gobierno no se da cuenta de los peligros de estos métodos de bronceado y que los jóvenes deben ser educados sobre sus peligros antes de tomar una decisión.

¿Más vitamina D?
Algunos fabricantes aseguran que broncearse bajo techo es una forma segura de ayudar a que el cuerpo produzca vitamina D. Esta es esencial para la salud de los huesos y, según el CDC y la Administradora de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés), la mayoría de personas conseguimos los niveles adecuados de este nutriente con los alimentos y la exposición diaria a la luz del sol. El CDC también aclara que el tiempo de exposición en una cámara de bronceado para obtener la cantidad suficiente de vitamina D varía de persona en persona.

El ‘Spray tan’
Este método consiste en aplicar ciertos químicos en la piel para producir un efecto similar al del bronceado por el sol, pero sin exponerla a los rayos UV. La popularidad del spray tan aumentó desde los años sesenta cuando se comenzó a asociar el cáncer de piel con las cámaras de bronceado y la exposición solar.

El método más efectivo consiste en la aplicación de una sustancia llamada dihidroxiacetona (DHA). Este no es un tinte sino que produce una reacción química en la superficie de la piel y no involucra radiación. Su efecto es temporal y desaparece entre tres y diez días.
La DHA está aprobada por la Administradora de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) como una alternativa para las personas que sufren de vitiligo, enfermedad que ocasiona decoloración de la piel en algunas zonas, pero esta organización no asegura que usos diferentes eviten la exposición de áreas sensibles como los ojos, la nariz o la boca.

Además de que puede irritar la piel y causar dermatitis, hay investigaciones que sugieren que este compuesto aumenta la sensibilidad al daño producido por el sol. Por otro lado, algunos productos contienen parabenos, estos son preservantes que afectan el sistema endocrino que se encarga de controlar las hormonas en el cuerpo.

Un estudio de 2007 de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Berlín (Alemania) mostró que, luego de aplicarse una sustancia para el autobronceado, la piel es más sensible al daño de los radicales libres causado por el sol. Después de 40 minutos, los investigadores aplicaron DHA y encontraron que se formaron 180 por ciento más radicales libres durante la exposición al sol comparado con la piel que a la que no se le echó la sustancia.

El bronceado es una respuesta al daño ocasionado por el sol.
Las células de la piel responden a la acción de los rayos UV produciendo más pigmento. Es por esto que en estas vacaciones te aconsejamos exponerte moderadamente a la radiación y cargar un buen protector solar. 

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