martes, 25 de junio de 2013

El botiquín de las vacaciones de verano


El botiquín de viaje veraniego básico debe contener material de cura, analgésicos, antiácidos, antidiarréicos, protectores solares +40, hidratantes  y repelentes,  con motivo del comienzo de la temporada estival.

   De esta forma,  estos productos y medicamentos son esenciales en un botiquín confeccionado para desplazamientos, y es que, éste es  el mejor compañero de viaje. Por ello, recomiendan revisar anualmente este elemento y descartar aquellos productos que hayan caducado. Los protectores solares pierden propiedades una vez pasado un año de su abertura.

   Ahondando en los elementos que el botiquín debe ofrecer, las gasas esterilizadas, las tiritas, el algodón, las vendas y los productos antisépticos , todos ellos destinados a curar cortes y rozaduras. Estos dispositivos ayudarán para limpiar la herida, desinfectarla y protegerla convenientemente.

   Por otra parte, es importante disponer de medicamentos para el alivio de dolencias leves, como la acidez estomacal, las digestiones pesadas, el estreñimiento y la diarrea, problemas que pueden surgir debido al cambio de hábitos en la alimentación, sostiene. Ante ello, apuesta por antiácidos, antidiarréicos, laxantes y productos para después de la exposición al sol.

SE DEBEN INCLUIR TAMBIÉN ANTIHISTAMÍNICOS Y ANTIPIRÉTICOS

   Otros medicamentos sin receta que se deben incluir en el botiquín de viaje son los analgésicos, antipiréticos y antihistamínicos. A ellos les deben acompañar fármacos para combatir el mareo, especialmente si se van a hacer largos desplazamientos en coche, avión o barco.

   Todas estas medidas son muy útiles y permiten aliviar y tratar las pequeñas complicaciones y dolencias que pueden surgir durante las vacaciones. 

   De cualquier forma, el producto que nunca debe faltar es el protector solar, el cual es recomendable sustituir en aquellos casos en que ha permanecido abierto desde el año anterior. Es necesario tener en cuenta que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano y el que se encuentra más expuesto a los agentes externos.

   A aunque el sol  favorece el fortalecimiento de huesos y dientes, mejora el aspecto de la piel, estimula la inmunidad a molestias como los catarros y aumenta la sensación de bienestar , también puede acarrear quemaduras, envejecimiento de la piel y cáncer de piel.  La incidencia del cáncer de piel aumenta y los casos de melanoma siguen siendo demasiado frecuentes.

   Por todo ello,  lo primero que hay que hacer a la hora de adquirir cualquier crema solar es conocer el factor de protección que necesita cada tipo de piel. Tras ello, es necesario saber cómo aplicar el fotoprotector de manera correcta, algo que se consigue extendiéndolo abundantemente por las zonas que quedan expuestas al sol.

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