lunes, 29 de julio de 2013

El sol y los niños

El sol y los niños:
En salud, hay cosas en las que debemos ser reiterativos hasta ser pesados. Sí, el sol en verano puede ser dañino para la piel y más en el caso de los niños. Necesitan más protección y aún más los rubios, de ojos azules y con piel clara.
Los primeros 20 años son el periodo que más influye en el envejecimiento cutáneoLos rayos solares tienen, sobre todo, radiación ultravioleta A y B.

El sol, a corto plazo, produce enrojecimiento y bronceado de la piel por el incremento de la síntesis de melanina. A largo plazo, está comprobado que la exposición solar acumulada aumenta el envejecimiento cutáneo y el riesgo de cáncer de piel.

Las primeras dos décadas de vida, durante la infancia y hasta los 20 años, es el periodo en el que más influye tanto en el envejecimiento cutáneo como en el desarrollo de cáncer de piel en la edad adulta.

En este sentido, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) nos recuerda que utilizar un fotoprotector adecuado durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78% el riesgo de cáncer cutáneo en la edad adulta. En días nublados la radiación ultravioleta traspasa las nubesLos niños son más susceptibles que los adultos a las radiaciones ultravioletas, de ahí la importancia de tomar medidas de fotoprotección más intensas en la edad infantil y juvenil.

 Los bebés, cuando nacen, no tienen el sistema de defensa de la piel completamente desarrollado y por ello las medidas de precaución ante el sol deben ser extremas, hasta el primer año de edad, los bebés no deben ser expuestos al sol de forma directa. A partir de entonces, es necesario protegerles tanto con medidas físicas, gorro, gafas y ropa, como con crema solar de filtro físico, estos fotoprotectores son menos irritantes y no son sensibilizantes.

A partir de los tres años, se recomienda una protección total infantil además de las medidas física y evitar siempre la exposición en las horas centrales del día, de 12 a 16 horas, y reaplicar bien la crema cada dos horas. Es necesario recordar que en los días nublados la radiación ultravioleta traspasa las nubes.
La protección solar es responsabilidad de los padres y deben tener conciencia. Es un tema de estar concienciados, de educación. La protección solar de los niños es responsabilidad de los padres y son ellos quienes deben tener conciencia de los daños que le puede ocasionar a la larga una exposición solar intensa durante la etapa infantil.

Si no se siguen seriamente las recomendaciones indicadas es sencillo que se produzcan quemaduras y, por tanto, deshidratación. Es fundamental recurrir a la toma de líquidos vía oral, un aporte tan importante para el organismo como la hidratación tópica.
Se pueden aplicar corticoides tópicos a niños si es necesario, cremas antiinflamatorias, mucha hidratación y rehidratación con líquidos y, en el caso de que el niño sufra mareos, se recomienda acudir a urgencias.

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